Las vacunas COVID-19 están salvando un número incalculable de vidas; pero no han logrado detener el caos cuando una nueva variante mutada enormemente contagiosa irrumpe en escena, lo que hace que la gente se pregunte: ¿Necesitaremos refuerzos cada cierto tiempo?, ¿Quizás una nueva receta de las vacunas existentes?, ¿O de pronto una opción completamente nueva de inyección contra el virus?.
Esas incógnitas están lejos de resolverse, pero debido a que las vacunas siguen haciendo su trabajo principal, muchos expertos advierten que no se deben poner las expectativas demasiado alto.
“Necesitamos repensar colectivamente cuál es el objetivo de la vacunación”, dijo el Dr. Daniel Kuritzkes, jefe de enfermedades infecciosas del Brigham & Women's Hospital. “No es realista… creer que cualquier tipo de vacunación va a proteger a las personas de infecciones graves y de enfermedades sintomáticas leves para siempre”.
Si el objetivo es prevenir enfermedades graves, "es posible que no necesitemos ajustar tanto las vacunas cada vez que llega una nueva variante".
El virus esencialmente cambia de forma a medida que muta, sin forma de saber qué tan mala será la próxima cepa. En este momento, ya está circulando una subcepa de Ómicron con sus propias mutaciones únicas. Es por eso que se están realizando investigaciones para crear vacunas de próxima generación que puedan ofrecer una protección más amplia contra futuras variantes mutantes; pero estas no estarán listas en el corto plazo.
La solución inmediata es: llevar las vacunas de hoy a más brazos para “reducir las oportunidades de que el virus mute y genere nuevas letras griegas de las que luego tengamos que preocuparnos”, dijo Jennifer Nuzzo del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud.
ARTÍCULO POR: LAURA NEERGAARD
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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