El jefe de defensa, el general Wayne Eyre, dice que las fuerzas armadas seguirán adelante con los planes para expulsar a decenas de soldados no vacunados a pesar de los cambios en su mandato de vacunación contra el COVID-19.
Eyre dio a conocer la nueva política de vacunas y dijo que el requisito anterior que cubría a todo el personal de las Fuerzas Armadas canadienses se reducirá.
Las vacunas ya no serán un requisito previo obligatorio para todos los que sirven en uniforme y, en cambio, los requisitos se basarán en las funciones y responsabilidades de los miembros individuales del servicio.
Pero Eyre dice que los miembros del servicio a los que ya se les dijo que abandonaran el ejército debido a su negativa a vacunarse aún serán liberados.
Eyre dice en una entrevista con The Canadian Press que se espera que el personal siga las órdenes y su negativa a vacunarse genera dudas sobre su idoneidad para servir.
El Departamento de Defensa Nacional dice que alrededor de 300 miembros de las Fuerzas Armadas recibieron la orden de colgar sus uniformes después de negarse a vacunarse, mientras que otros 100 renunciaron voluntariamente.