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La provincia busca expandir el uso de pruebas rápidas en el cambio de estrategia pandémica

Los volúmenes de pruebas oficiales de COVID-19 de Ontario se han desplomado desde que el acceso a la prueba PCR se restringió drásticamente ante un aumento de Ómicron; pero en lugar de volver a expandir ampliamente la elegibilidad en el futuro, la provincia parece estar forjando una nueva ruta para las pruebas del virus.


Anuncios de áreas de prueba de COVID-19, 13 de noviembre de 2020.
Anuncios de áreas de prueba de COVID-19, 13 de noviembre de 2020.

La demanda de pruebas a fines del año pasado registró un máximo de más de 75.000 procesadas el día que el gobierno anunció que la elegibilidad se limitaría en gran medida a personas de alto riesgo, incluidos pacientes hospitalizados, residentes y personal en cuidados a largo plazo y personas que están siendo consideradas para los tratamientos de COVID-19.


Ha habido varias solicitudes para permitir que más residentes accedan a las pruebas de PCR, incluidos los estudiantes y el personal de las escuelas y guarderías, ahora que se procesó un promedio de 25.460 pruebas cada día durante la semana pasada, incluido un mínimo de 15.008 un día del fin de semana.


En cambio, el gobierno está enviando millones de pruebas rápidas de antígenos a las escuelas y los comentarios recientes del director médico de salud sugieren cambiar las prioridades de las pruebas, con un énfasis decreciente en toda la provincia en las pruebas PCR.


Cuando se le preguntó acerca de volver a una elegibilidad de PCR más amplia, el Dr. Kieran Moore dijo que los criterios se revisan regularmente, pero en el futuro, la provincia adoptará un "enfoque equilibrado" entre la PCR y las pruebas rápidas.


“La prueba PCR es claramente la más laboriosa y la más difícil de conseguir”, dijo hace dos semanas. “Tienes que ir a un centro de evaluación y esperar a que te hagan el hisopado nasal para tomar las muestras de la prueba. La PCR se esta limitando específicamente a aquellas poblaciones y entornos de alto riesgo y espero que el público; ya que tenemos más pruebas rápidas disponibles en general, las aproveche porque creo que son mucho más convenientes, se realizan en la tranquilidad de su hogar y tienen una respuesta en minutos en lugar de esperar varios días para obtener los resultados; como es el caso de la prueba PCR.”

Una portavoz de la ministra de Salud, Christine Elliott, dijo el miércoles que Ontario puede expandir las pruebas de PCR a grupos adicionales si hay capacidad, y que actualmente está buscando activamente el cómo expandir el uso de las pruebas rápidas.


Pero el uso de pruebas más rápidas depende en parte del suministro del gobierno federal y Ontario dijo que de los 54,3 millones de pruebas que Ottawa prometió entregar a la provincia en enero, solo se recibieron 17,6 millones.


Los expertos en salud pública y enfermedades infecciosas dicen que tiene sentido priorizar las pruebas de PCR para las personas con alto riesgo de enfermedades graves; pero que hay inconvenientes en una mayor dependencia de las pruebas rápidas.


El Dr. Andrew Morris, médico de enfermedades infecciosas, dijo que las pruebas rápidas terminarán siendo útiles para el funcionamiento diario de una persona promedio, pero no son una gran herramienta para la vigilancia y el manejo de una pandemia.


Las pruebas rápidas de antígeno están demostrando ser menos precisas que las pruebas de PCR para detectar Ómicron, al menos en las primeras etapas de una infección, dijo, y hasta ahora no hay forma de rastrear los resultados positivos en Ontario.


“En este momento, realmente no tenemos una idea clara de dónde estamos en esta ola actual”, dijo Morris.

Quebec ha desarrollado un portal para autoinformar los resultados de las pruebas rápidas, y Morris y otros expertos dicen que Ontario debería considerar algo similar.


Los funcionarios provinciales han dicho que apoyan los esfuerzos de algunas unidades de salud pública que piden a los residentes que informen los resultados de sus pruebas rápidas; pero que no tienen planes de implementar eso para Ontario, ya que la aceptación en otras jurisdicciones, como en el Reino Unido, es demasiado baja para dar una imagen confiable.


El Dr. Fahad Razak, internista y miembro de la Junta Asesora Científica de la provincia, estuvo de acuerdo en que sería ideal tener una forma de rastrear los resultados de las pruebas rápidas, además de garantizar que dichos datos sean precisos para que Ontario pueda confiar más en ellos.


Las pruebas de PCR deben centrarse en los grupos de mayor riesgo, dijo Razak, que es en gran medida la estrategia actual de Ontario. Se debe dar prioridad a los grupos que podrían beneficiarse más de una prueba COVID-19 confirmada para que puedan acceder a tratamientos destinados a evitar que las personas de alto riesgo sean hospitalizadas, dijo.


Por su parte, el Dr. Sumon Chakrabarti, médico de enfermedades infecciosas, dijo que la gran mayoría de las personas que contraen COVID-19 no necesitan hacerse la prueba y que no tiene sentido volver a la elegibilidad abierta de 2021.


“Lo que debemos entender es que, si miras al mundo en 2018, si tenías influenza, o dolor de garganta y tos, no sabías qué era, simplemente sabías que era viral, en su mayor parte. No estabas probando a todos en la comunidad. Pero se hacían pruebas a personas en el hospital y ahí es donde realmente importaba”.

En ausencia de un mejor seguimiento y precisión de las pruebas rápidas, otras métricas pueden ayudar a monitorear la propagación del COVID-19, incluidas las admisiones en hospitales y UCI, los niveles de COVID-19 en las aguas residuales, el porcentaje de pruebas positivas en los lugares de trabajo donde se realizan las pruebas y en los hospitales, así como los análisis de anticuerpos en muestras aleatorias de sangre, dijo Razak.


“Cada uno de estos mecanismos no es lo mismo que una PCR”, dijo Razak. “Pero al ponerlos todos juntos, podremos comenzar a tener una idea de lo que sucede incluso en ausencia de las pruebas PCR”.


ARTÍCULO POR: HOLLIE MCKENZIE-SUTTER

EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ



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