Veinticinco años después, el médico Frederic Mailliez, la primera ppersona que atendió a Diana de Gales aquel fatídico 31 de Agosto en el Túnel Alma en París sigue marcado por la tragedia.
Mailliez iba de regreso a su casa tras una fiesta cuando se topó con el choque. Vio un Mercedes Benz casi partido en dos.
Se asomó a ver y vio las personas heridas, corrió a su auto a llamar a los servicios de emergencia y regreso a intentar ayudarlos:
Caminé hacia los escombros, abrí la puerta y miré dentro, Cuatro personas, dos de ellas aparentemente muertas, no hubo reacción, no respiraban, y los otros dos, del lado derecho, estaban vivos, pero en estado grave. El pasajero del asiento de adelante gritaba, estaba respirando. Podía esperar unos minutos. La pasajera femenina, una joven mujer, estaba sobre sus rodillas en el piso del Mercedes, tenía la cabeza baja. Le costaba trabajo respirar. Necesitaba asistencia rápido. Ella estaba inconsciente. Gracias a mi bolsa respiratoria ella recuperó un poco de energía, pero no podía decir nada. Sé que es sorprendente, pero no reconocí a la princesa Diana, no esperaba que muriera tan rápido, no tuve tiempo de pensar quién era esta mujer.
El doctor se enteró después en las noticias, junto con el resto del mundo, que la mujer a la que atendió era Diana, la princesa de Gran Bretaña adorada por millones. Desde entonces dice que siempre se ha preguntado si había algo más que hubiera podido hacer como médico en ese momento para salvarla y siempre llega a la conclusión que hizo todo lo que pudo.