La patinadora de velocidad canadiense, Isabelle Weidemann, logró la primera medalla para Canadá en los Juegos Olímpicos de Beijing al conseguir el bronce en la competencia de 3.000 metros femeninos.
La joven de 26 años, originaria de Ottawa, terminó con un tiempo de tres minutos 58,64 segundos en el óvalo Ice Ribbon.
Irene Schouten, de Holanda, patinó hasta lo más alto del podio con un tiempo récord olímpico de 3:56,93, seguida por Francesca Lollobrigida, de Italia, con 3:58,06.
Ninguna mujer canadiense había ganado una medalla en pista larga desde los Juegos Olímpicos de 2010.
“Estoy bastante abrumada. Estaba muy nerviosa hoy; pero me sentía muy contenta por el como cómo transcurrió la carrera y de traer una medalla a casa... Estaba temblorosa al principio y a las cuatro vueltas podía sentir la presión”, dijo Weidemann. “Tengo una gran familia, tantos amigos y personal de apoyo aquí, personas que creyeron en mí durante tanto tiempo. Estoy muy feliz de traer algo para ellos”.
Kristina Groves fue la última canadiense en ganar una medalla en la competencia de los 3.000 metros, logrando el bronce en 2010. Cindy Klassen también consiguió el bronce en 2002 y 2006.
Weidemann llegó a Beijing como aspirante a medallas tanto en los 3.000 como en los 5.000 metros. Ha subido al podio en tres Copas del Mundo esta temporada, ganando la plata en Polonia, Noruega y Calgary.
Su peor resultado fue un cuarto lugar en los 3.000 metros en Salt Lake City.
Weidemann fue una de las mujeres canadienses al terminar cuarta en las competencias por equipos en los Juegos Olímpicos de 2018 en Pyeongchang. Fue sexta en los 5.000 metros y séptima en los 3.000.
Los 3.000 metros femeninos fue la primera carrera de pista larga de los Juegos, donde Canadá es favorita a las medallas en varios eventos.
El ambiente en el Ice Ribbon no se parece en nada a los Juegos o Copas del Mundo anteriores, donde los fanáticos holandeses en particular son conocidos por sus llamativos atuendos naranjas y sus cencerros. Las medidas de seguridad de COVID-19 restringieron la multitud a solo un par de cientos de fanáticos, quienes aplaudieron cortésmente porque no se permite animar.
FOTOGRAFÍA: PAUL CHIASSON
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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