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¿Se puede transmitir COVID-19 desde una persona muerta?



Científicos en Tailandia informaron el primer caso conocido de infección por COVID-19 de una persona muerta. El fallecido era un profesional médico forense. Los patólogos forenses, también conocidos como médicos forenses, evalúan los cadáveres para ganarse la vida, por lo que es muy probable, y lamentablemente, que esta persona se infecte con el virus que causa COVID-19 de una persona muerta, concluyeron los científicos tailandeses. Como los llamados "últimos respondedores" de la pandemia de COVID-19, los patólogos forenses tienen una menor probabilidad de entrar en contacto con un paciente infectado con COVID-19 en comparación con los primeros en responder, como los oficiales de policía y los técnicos de emergencias médicas. Debido a que COVID-19 se transmite principalmente a través de las gotas respiratorias cuando las personas tosen, estornudan o hablan, es menos probable que un cadáver lo transmita, aunque ahora sabemos que la transmisión es técnicamente posible. La Asociación Nacional de Examinadores Médicos señala que "se cree que el riesgo de transmisión de COVID-19 después de la muerte es mínimo, pero posible", ya que el personal de medicina forense regularmente entra en contacto con cadáveres y fluidos biológicos.


Aunque es posible contraer COVID-19 de entre los muertos, los expertos dicen que las precauciones ya establecidas protegerán de daños a los médicos forenses y al personal de atención médica. Los miembros de la familia no deben tocar el cuerpo de un ser querido que muere en su casa por sospecha de infección por COVID-19. La sociedad profesional señala "Los médicos forenses y forenses están familiarizados con el manejo de cuerpos que tienen otras enfermedades virales, como el VIH y la hepatitis, enfermedades que probablemente representan un mayor riesgo en la autopsia que COVID-19. Funeral Homes maneja rutinariamente cuerpos con infecciones conocidas de diversos tipos también." La mayoría de los agentes infecciosos no sobreviven mucho tiempo en el cuerpo humano después de la muerte, según la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, la OMS también reconoce que los trabajadores que habitualmente manejan cadáveres corren el riesgo de contraer tuberculosis, virus transmitidos por la sangre como el Ébola, hepatitis y VIH, e infecciones gastrointestinales como E. coli y fiebre tifoidea. Los examinadores médicos nunca pueden estar muy seguros de qué infecciones puede albergar un cadáver, por lo que siempre toman precauciones universales y tratan todos los fluidos corporales como infecciosos. Esto significa usar trajes protectores, guantes, gafas, protectores faciales, gorras y máscaras.

 
 
 

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