El primer ministro Justin Trudeau dijo que el mundo ha perdido una de las voces morales más fuertes con la muerte del arzobispo Desmond Tutu.
Tutu, el ícono de Sudáfrica ganador del Premio Nobel de la Paz, un enemigo intransigente del apartheid y un activista moderno por la justicia racial y los derechos LGBT, murió el domingo a los 90 años.
Trudeau dijo en un comunicado que estaba "profundamente entristecido" al enterarse de la muerte de Tutu.
El primer ministro calificó la vida de Tutu como “notable” y dijo que el arzobispo utilizó su visión de interconexión, igualdad y perdón para luchar por un mundo mejor y más pacífico.
También destacó la visita de Tutu a Canadá, en la que el arzobispo abogó por la verdad y la reconciliación con los pueblos indígenas. Trudeau igualmente destacó la lucha de Tutu para erradicar la pobreza, el matrimonio infantil y el racismo, y el aliento del arzobispo a los jóvenes para que se comprometan más en la creación de un mundo pacífico.
La declaración completa de Trudeau sobre la muerte de Desmond Tutu fue la siguiente:
“Me entristeció profundamente enterarme de la muerte del arzobispo Desmond Tutu, uno de los principales activistas de derechos humanos y la voz moral más fuerte del mundo. A lo largo de una vida extraordinaria, el arzobispo Tutu utilizó su visión de interconexión, igualdad y perdón para abogar por un mundo mejor y más pacífico. Si bien fue mejor conocido por su oposición no violenta al apartheid en Sudáfrica y su trabajo para curar las divisiones mientras la 'Nación Arcoíris' avanzaba hacia la democracia, sus acciones resonaron en todas partes, especialmente entre los pueblos oprimidos y su lucha por la libertad y la igualdad. El Arzobispo Tutu trabajó para comprender y combatir el VIH / SIDA y la tuberculosis, e hizo campaña contra la homofobia y la transfobia. Luchó por erradicar la pobreza, el matrimonio infantil y el racismo, y apoyó el derecho a morir con dignidad. Fue un firme defensor de la igualdad de género, defendió la acción contra el cambio climático y dedicó gran parte de su tiempo a alentar a los jóvenes a participar más en la creación de un mundo pacífico. El arzobispo Tutu también había visitado Canadá como parte de sus esfuerzos para apoyar el viaje en curso de la verdad y la reconciliación de nuestro país con los pueblos indígenas.
“A lo largo de los años, recibió numerosos doctorados y premios honoríficos, incluido el Premio Nobel de la Paz en 1984, por sus extraordinarias contribuciones para acabar con el apartheid. También recibió el Premio Albert Schweitzer de Humanitarismo en 1986, el Premio Pacem in Terris Peace and Freedom en 1987, el Premio de la Paz de Sydney en 1999, el Premio de la Paz de Gandhi en 2007 y la Medalla Presidencial de la Libertad en 2009. En nombre de todos los canadienses, Sophie y yo ofrecemos nuestro más sentido pésame a la familia y amigos del Arzobispo Tutu y al pueblo sudafricano. Su optimismo inquebrantable contra todo pronóstico, junto con su fe ilimitada en la humanidad, continuará inspirándonos a todos".
ARTÍCULO POR: LAURA OSMAN
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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