Este miércoles entraron en vigor la orden que aumenta los aranceles al acero y aluminio del 25 al 50% que firmó el presidente Donald Trump ayer.

En la orden Trump afirmó que la nueva tasa contrarrestaría mejor a los países extranjeros que continúan despachando acero y aluminio excedentes a bajo precio, lo que perjudica el mercado estadounidense. Recordamos que Canadá es el mayor proveedor de acero de los Estados Unidos y por lo tanto el país más afectado por esta medida.

El primer ministro Mark Carney reaccionó esta mañana asegurando que los gravámenes adicionales son injustificados e ilegales, sin embargo, no habló de medidas de represalia inmediatas.

Ciertamente la medida no es solo contra Canadá, pero como dijimos, Canadá es el país más afectado por la misma.

Ahora el gobierno de Carney enfrenta la presión para responder a estos nuevos aranceles con firmeza.

Unifor, el mayor sindicato del sector privado del país está pidiendo igualar los aranceles del 50% a los metales de Trump y detener la exportación de minerales estratégicos a los Estados Unidos como medida de represalia.

El sindicato también exige que Ottawa implemente nuevas normas en la frontera para impedir la entrada a Canadá de acero y aluminio extranjeros objeto de comercio desleal o de dumping.

“Se trata de soberanía económica. Canadá debe responder con firmeza y urgencia”, declaró Lana Payne, presidenta nacional de Unifor.

“Si no defendemos nuestras industrias ahora, corremos el riesgo de perderlas para siempre”.