Canadá amenaza con demandar a Stellantis
- Arturo Bolívar
- 15 oct
- 2 Min. de lectura

Stallantis anunció que trasladará la producción del Jeep Compass de su planta en Brampton a Estados Unidos.
La multinacional de los automóviles Stellantis trasladará la producción del Jeep Compass de la planta en Brampton, Ontario a Illinois y el anuncio ha provocado que el gobierno canadiense amenace con demandar al gigante del automóvil.
El cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo anunció el martes un plan para invertir 13 000 millones de dólares durante los próximos cuatro años para ampliar su capacidad de fabricación en Estados Unidos.
Ese plan de inversión en Estados Unidos incluye el traslado de la producción de Jeep, prevista para la planta de ensamblaje de Brampton, a la planta de ensamblaje de Belvidere en Illinois, afectando directamente a más de 3 mil trabajadores canadienses.
Hoy Canadá amenazó con emprender acciones legales contra Stellantis. La ministra de Industria, Melanie Joly, consideraría a Stellantis en «incumplimiento» a la luz del apoyo prestado por los gobiernos federal y provincial al fabricante de automóviles, tras un acuerdo para «mantener su presencia total en Canadá, incluida Brampton», según le comunicó al director ejecutivo Antonio Filosa en una carta vista por Bloomberg, con fecha del 15 de octubre.
Joly calificó de «inaceptable» el plan de trasladar la fabricación de Jeep al sur de la frontera y exigió a Stellantis que «identifique rápidamente nuevos mandatos para Brampton que garanticen que la planta siga siendo fundamental para su presencia industrial y que se respeten los contratos con los proveedores canadienses».
«Es imperativo que amplíen el programa de transición de los trabajadores, acordado con Unifor, hasta al menos 2027», añadió, refiriéndose al sindicato.
Joly identificó específicamente los «compromisos legalmente vinculantes» que Stellantis asumió en el pasado, como la aceptación de ayudas a través del Fondo Estratégico de Innovación de Canadá.
El primer ministro Mark Carney respondió a la noticia afirmando que están trabajando con el gobierno de Ontario y Unifor para desarrollar las medidas adecuadas para proteger a los empleados de Stellantis y crear nuevas oportunidades para ellos.
"Además, hemos dejado claro que esperamos que Stellantis cumpla con los compromisos adquiridos con los trabajadores de Brampton", se lee en la declaración de Carney.
Añadió que la decisión de Stellantis fue una "consecuencia directa de los aranceles actuales de EE. UU. y de las posibles medidas comerciales futuras de EE. UU."










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