A pesar de lo absurdo que suena la alcaldesa de Toronto, Olivia Chow, tuvo que aclarar que la ciudad no piensa ponerle un precio al agua que cae del cielo en las propiedades de los residentes de la ciudad.
La alcaldesa hizo este comentario el miércoles después de que las consultas sobre los cambios en las tasas de aguas pluviales de la semana pasada suscitan la preocupación de que los dueños de viviendas pudieran ser gravados por la lluvia que cae en sus propiedades y luego pasan al drenaje pluvial.
Todo esto empezó la semana pasada, cuando salieron a la luz noticias de que la ciudad pretendía añadir una tasa por aguas pluviales basado en el tamaño y la superficie pavimentada de la propiedad. Esa nueva tasa se habría destinado directamente a financiar infraestructuras de aguas pluviales.
La idea de que las propiedades que envían más agua al sistema pluvial de la ciudad se verían afectadas por tasas más elevadas llevó a algunos a opinar en las redes sociales que la ciudad estaba contemplando un "impuesto de lluvia" y esto es lo que la alcaldesa quiso desmentir con este video:
Chow dijo el miércoles que ha pedido al personal municipal que vuelva a estudiar la propuesta.
Sin embargo, ella misma explicó en su vídeo que si hay una propuesta, pero que el objetivo de la misma es intentar que las empresas con grandes aparcamientos contribuyeron más en función del mayor volumen de agua que envían al sistema pluvial.