Fumata negra, inicia el cónclave
- Arturo Bolívar
- hace 25 minutos
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Hoy los 133 Cardenales electores, los menores de 80 años, se encerraron en la Capilla Sixtina para celebrar un cónclave -literalmente, cerrado «con llave»-, la reunión a puerta cerrada más secreta y más vigilada del mundo. Su única misión: elevar a uno de sus pares al trono de Pedro.
Las obras de acondicionamiento de la capilla, que acoge los cónclaves desde el siglo XVI, se han llevado a cabo a una velocidad vertiginosa, bajo frescos de Miguel Ángel y Botticelli. Para garantizar que no se filtre nada, se han oscurecido todas las ventanas del Palacio Vaticano en las zonas del cónclave y se han instalado codificadores para impedir cualquier comunicación telefónica.
El pasado viernes los bomberos ya había colocado la chimenea en el tejado de la Capilla Sixtina por donde trendrá que salir el humo después de cada votación, negro si aún ninguno de los cardenales logra los votos suficientes y blanco cuando se elija al nuevo Papa. La llamada “fumata blanca”.
Para ser elegido -y muchos no desean serlo en absoluto-, el cardenal debe obtener una mayoría de dos tercios de los votos emitidos. Si no es así, el cónclave continúa con dos rondas de votaciones: dos por la mañana y dos por la tarde.
El humo negro sólo se emite tras la segunda ronda de votaciones. Significa que no ha surgido ningún nombre. Si es blanco, en cambio: «habemus papam» («tenemos papa»), lo pronunciará tarde o temprano el cardenal protodiácono desde el balcón.
Los últimos cónclaves duraron unos pocos días, el más largo ha durado tres años (1268-1270).
En tiempos modernos, los cónclaves suelen resolverse en pocos días. Por ejemplo, el Papa Francisco fue elegido en apenas dos días (13 de marzo de 2013), al igual que Benedicto XVI en 2005. Juan Pablo II también fue elegido rápidamente: dos días después del inicio del cónclave, el 16 de octubre de 1978. Esto es posible gracias a una regla que permite cuatro votaciones por día, lo que acelera el proceso.
En el extremo opuesto, el cónclave más largo de la historia fue el de 1268-1271, que duró casi tres años. Los cardenales reunidos en Viterbo no lograban llegar a un consenso, y las autoridades locales incluso les cortaron el techo y redujeron sus raciones de comida para forzar una decisión.
Finalmente, eligieron al Papa Gregorio X. Este episodio fue tan extremo que dio origen a reformas que regulan hoy el funcionamiento del Cónclave.
El cónclave más corto de la historia fue el que eligió al papa Pío III en el 1503, duró solo 10 horas. ¿Cuánto durará este?, lo sabremos cuando salga la fumata blanca.
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