OceanGate Expeditions ha estado realizando recorridos al lugar del hundimiento del Titanic desde el 2021, sin que se conocieran mayores incidentes. Pero desde la desaparición del Titán, han empezado a surgir detalles de un informe de ingeniería de 2018 que alegaba problemas con la estructura del sumergible.
Documentos judiciales de EE.UU. muestran que David Lochridge, el director de Operaciones Marítimas de la empresa, expresó su preocupación en un informe de inspección de la nave.
Este informe "identificó numerosas complicaciones que planteaban graves problemas de seguridad", entre ellas el modo en que se había probado el casco, según la documentación hecha pública.
Lochridge enfatizó "el potencial peligro para los pasajeros del Titán cuando el sumergible alcanzaba profundidades extremas".
El exempleado reclamó que sus advertencias fueron ignoradas y convocó una reunión con los directivos de OceanGate, pero fue despedido, recogen los documentos.
La empresa lo demandó por revelar información confidencial y él presentó una contrademanda por despido improcedente. El caso se resolvió, aunque se desconocen los detalles del acuerdo.
En los documentos judiciales, Lochridge afirma que el casco no se había probado adecuadamente, al no haber sido sometido a presiones extremas y al consiguiente análisis para detectar posibles problemas.
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