Hoy inicia el Sínodo de la Iglesia Católica donde se discutirán temas tan polémicos como la bendición de las parejas LGBTQ y el celibato. En la homilía inaugural el Papa Francisco pidió que la Iglesia vuelva a ser un lugar de acogida y bendiciones.
El sector más conservador de la Iglesia organizó ayer una rueda de prensa a la que llamaron “babel sinodal” y en la que auguraron que la asamblea será un desastre.
En el Sínodo se abordarán otros temas que podrían determinarán el futuro de la Iglesia católica, como por ejemplo la ordenación de mujeres y en el participarán 464 miembros, entre obispos y laicos, de los cuales 364 tendrá derecho a voto, incluidas 54 mujeres por primera vez en su historia.
El Papa pareció responder en la misa de hoy a algunas de las críticas e instó a ser “una Iglesia que, con corazón alegre, contempla la acción de Dios y discierne el presente; que, en medio de las olas a veces agitadas de nuestro tiempo, no se desanima, no busca escapatorias ideológicas, no se atrinchera tras convicciones adquiridas, no cede a soluciones cómodas, no deja que el mundo le dicte su agenda”.
Según el pontífice, “la principal tarea del Sínodo” es “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia. Una Iglesia unida y fraterna, o que al menos lo intenta, (…) que no crea división internamente, ni es áspera externamente”.
El encuentro en el Vaticano viene precedido de dos años de consultas a los católicos en cada parroquia del mundo en los que se invitaba a expresar su visión de la Iglesia y proponer cambios. El Sínodo concluirá el 29 de Octubre, entonces sabremos si Francisco logra la renovación de la Iglesia Católica.