Cuando se abre en Nueva Zelanda el Mundial de Fútbol femenino este jueves, un tiroteo ha sumido al país en la confusión. Un hombre irrumpió poco después de las 7 de la mañana (hora local) en un edificio en construcción en el centro de la ciudad de Auckland, en el norte del país. A continuación abrió fuego contra varias personas que se encontraban en diferentes plantas del edificio. Según los trabajadores, el atacante era un empleado de la obra.
La policía y las unidades de intervención especializadas entraron rápidamente en el edificio antes de neutralizar al agresor. Tres personas murieron, entre ellas el atacante, y otras seis resultaron heridas, entre ellas agentes de policía. El suceso tuvo lugar a pocos metros de la base de aficionados en Auckland para el Mundial.
El Primer Ministro de Nueva Zelanda, Chris Hipkins, canceló sus planes de viaje para dirigirse al Parlamento. Aseguró que se trataba de un hecho aislado y que no amenazaba la seguridad nacional. También dijo que por el momento se desconocían los motivos del hombre. "El nivel de amenaza para la seguridad nacional de Nueva Zelanda no ha cambiado", dijo, asegurando que "la policía ha neutralizado la amenaza y no busca a nadie más en relación" con el tiroteo.
"El Gobierno ha mantenido conversaciones con los organizadores de la FIFA y el torneo seguirá adelante", añadió.
El partido inaugural, que enfrentó a Nueva Zelanda y Noruega (1-0), tuvo lugar como previsto, así como el enfrentamiento entre Australia e Irlanda (1-0). Sin embargo, las autoridades tienen la intención de reforzar la seguridad en torno al Mundial.
Mañana se enfrentarán Canadá y Nigeria, Costa Rica y España, Estados Unidos y Vietnam y Filipinas y Suiza.
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