La oficina del primer ministro comunicó hoy que la jefa de gabinete de Trudeau, Katie Telford, testificará sobre la interferencia extranjera, esto después de semanas intentando que no sucediera.
“Si bien existen serias limitaciones sobre lo que se puede decir en público sobre asuntos de inteligencia delicados, en un esfuerzo por hacer que el Parlamento funcione, la Sra. Telford accedió a presentarse en el Comité de Procedimientos y Asuntos de la Cámara como parte de su estudio”, dijo la oficina de Trudeau en un comunicado.
“La injerencia extranjera no es un tema partidista. Es por eso que nuestro gobierno estableció dos organismos independientes, uno que incluye miembros del Parlamento y senadores con acceso a documentos clasificados, para revisar la interferencia extranjera en nuestras elecciones de manera responsable. También anunciamos un Relator Especial Independiente para determinar si se necesita algún otro proceso transparente. El mandato del Relator Especial Independiente fue publicado hoy”.
Esto ocurre después de que Trudeau dijera esta mañana que la votación más tarde hoy sobre la moción conservadora que pide un nuevo estudio sobre la interferencia extranjera y que Telford testifique, no se consideraría una cuestión de confianza.
Esta noticia también sigue al ultimátum que le dio hoy NDP al gobierno. Escuchemos a su líder, Jagmeet Singh dejarle claro a Trudeau lo que pasaría si no permitían que su jefa de gabinete testificara:
Los liberales siguen poniendo trabas lo que no ayuda a restaurar la confianza en nuestro sistema electoral. Si hoy el gobierno de Justin Trudeau no deja de obstruir el trabajo del comité, si no permiten que la jefa de gabinete de Trudeau testifique, los vamos a forzar a hacerlo votando junto con la oposición por la moción. Quiero dejarlo muy claro, haremos todo lo necesario para que las respuestas que tienen los canadienses sean respondidas, para que la confianza en nuestro sistema electoral sea restablecida.
Aunque el NDP tiene un acuerdo de gobernanza con los Liberales amenazaron con apoyar a los conservadores en su moción si el gobierno de Trudeau no permitía que su jefa de gabinete testificara, lo que terminó de doblarle el pulso a los liberales.