Las muertes sospechosas de colaboradores de Putin

Desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, al menos 25 figuras clave del entorno político, empresarial y militar de Rusia —incluyendo tanto aliados como críticos del presidente Vladimir Putin— han muerto en circunstancias que han generado sospechas y alimentado teorías sobre una posible purga silenciosa.

Entre los fallecidos hay magnates energéticos, altos funcionarios de seguridad, empresarios con vínculos con el Kremlin y opositores abiertos a la guerra. Las causas oficiales de las muertes van desde suicidios hasta accidentes, caídas desde ventanas, envenenamientos y desplomes repentinos de salud. Sin embargo, la frecuencia de estos incidentes, el perfil de las víctimas y el contexto político han despertado inquietudes dentro y fuera del país.

El último caso fue el del ex ministro de transporte, Roman Starovoit, hallado muerto en las afueras de Moscú. Supuestamente cometió suicidio pocas horas después de ser destituido por el presidente Vladimir Putin. Tras conocerse esa noticia otro funcionario, también del ministerio de Transporte se desplomó en su escritorio y murió.

Uno de los casos más recientes y notorios fue el de Igor Nosov, exdirector de la Corporación para el Desarrollo del Extremo Oriente y el Ártico, quien falleció repentinamente por causas que no se han aclarado públicamente. También figura Ravil Maganov, presidente de la petrolera Lukoil, que murió tras caer desde una ventana de un hospital en Moscú. Curiosamente, Lukoil había criticado abiertamente la invasión a Ucrania. Sus familiares aseguran que no fue un suicidio. Otros tres ejecutivos de la misma petrolera murieron en circunstancias extrañas a principio de la guerra.

No es el único que ha muerto de esta forma, en 2023 Vladimir Egorov, diputado del Parlamento Ruso, fue hallado muerto tras supuestamente caer accidentalmente desde la ventana de un tercer piso.

Ivan Pechorin director de la Corporación de Desarrollo del Ártico de Rusia murió tras supuestamente caer por la borda de una embarcación cuando navegaba en la costa pacífica del país.

Las muertes también se han producido fuera de Rusia, incluyendo en países como India y Francia, lo que sugiere que la red de influencia —y los riesgos— no se limitan a territorio ruso. Por ejemplo el caso del empresario del imperio cárnico, Pavel Antov, quien murió tras caer, también de un tercer piso en La India. Antov había sido crítico de la invasión rusa en Ucrania.

Otros ejecutivos de alto nivel vinculados a las compañías energéticas estatales Gazprom, Novatek también han perdido la vida en circunstancias que van desde supuestos suicidios hasta accidentes inexplicables. Varios de ellos murieron junto a miembros de sus familias, lo que añade más interrogantes a los incidentes.

Aunque el Kremlin ha negado cualquier participación en estas muertes y ha evitado comentar públicamente sobre la mayoría de los casos, analistas internacionales ven un patrón inquietante. Algunos expertos consideran que se trata de un intento sistemático por silenciar disidencias o ajustar cuentas internas en un momento de alta tensión geopolítica.

A medida que la guerra en Ucrania se prolonga y el aislamiento internacional de Moscú se profundiza, los misteriosos fallecimientos de figuras clave alimentan el temor de que el círculo de poder en torno a Putin se está volviendo cada vez más cerrado, y quizás, más letal.