El sindicato que representa a los trabajadores de TTC afirma que los habitantes de Toronto deben prepararse para un posible cierre del sistema de transporte el viernes, tras los escasos avances logrados el lunes en la mesa de negociación.
Marvin Alfred, presidente de la sección 113 del sindicato Amalgamated Transit Union, declaró que su equipo seguía trabajando para lograr un nuevo convenio colectivo con la dirección de TTC, pero «todavía no hemos hecho los progresos necesarios para evitar una huelga».
«Las negociaciones continúan pero seguimos preparándonos para ir a la huelga... la gente debería prepararse para que retiremos nuestros servicios el viernes».
Alfred dijo que el sindicato está en «preparación extrema» para un paro laboral, de modo que unos 12.000 empleados de primera línea, incluidos conductores de tranvía, autobús y metro, puedan dejar de transportar hasta 2,5 millones de viajeros diarios y empezar a llevar pancartas en las puertas de las estaciones. Nada impide que las negociaciones continúen a partir del viernes, a menos que el sindicato declare una huelga o, en un caso muy improbable, la dirección eche a los trabajadores.
El concejal Jamaal Myers, presidente de la TTC, dijo que seguía «muy confiado» en que se alcanzará un nuevo contrato antes de que se cierre el sistema y Toronto se sume en el caos.
Los ciudadanos de Toronto no se han enfrentado a una huelga del TTC desde 2008. El gobierno de Ontario, a instancias de la ciudad, convirtió el TTC en un servicio esencial en 2011, eliminando el derecho de huelga de los trabajadores y enviando los conflictos contractuales a arbitraje. Sin embargo, un tribunal anuló el año pasado la prohibición de huelga por considerar que violaba los derechos estatutarios de los trabajadores. En anteriores huelgas del TTC, el gobierno provincial aprobó rápidamente leyes para obligar a los trabajadores a volver al trabajo.
Las dos partes llevan negociando desde febrero para sustituir el anterior convenio, que expiró el 31 de marzo. Alfred dijo el lunes que la seguridad del empleo sigue siendo un punto de fricción. Tampoco se han puesto de acuerdo sobre los salarios.
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