Un niño de corta edad ha muerto de sarampión en Ontario, lo que supone la primera muerte en la provincia por este virus altamente contagioso desde el 1989, según confirma un informe de Salud Pública de Ontario.
El niño, menor de cinco años, no estaba vacunado contra el virus, según el informe de vigilancia, publicado el jueves.
Salud Pública de Ontario dice que ha habido 22 casos confirmados de sarampión reportados en la provincia en 2024. De esas personas, 13 eran niños y nueve adultos. Cuatro de los adultos estaban previamente inmunizados, dos no estaban inmunizados y dos tenían un estado de inmunización desconocido.
Los casos se produjeron en nueve unidades de salud pública diferentes y se cree que la fuente de transmisión en 15 de los 22 casos fueron los viajes, señala el informe.
El mayor número de casos fue notificado por los servicios de salud pública de Toronto y Hamilton, que confirmaron seis casos de sarampión en sus respectivas regiones.
Cinco casos requirieron hospitalización y todos ellos fueron de niños menores de nueve años que no estaban vacunados. El niño fallecido se encontraba entre los hospitalizados.
El primer ministro, Justin Trudeau, reaccionó hoy a la muerte de este niño pequeño, que no vacunado contra el sarampión con estas palabras:
Desafortunadamente hemos visto durante los últimos años varios brotes de enfermedades prevenibles por la resistencia a vacunarse que ha estado creciendo en la última década en Norteamérica y el mundo. Mi mejor consejo a todas las familias es: escuchen a sus médicos, hablen con sus doctores sobre la vacunación de sus hijos y asegúrense de hacer todo para mantener a sus hijos seguros y saludables. Esta es una tragedia que nadie quisiera que le toque, no puedo imaginarme lo que esa familia está viviendo en este momento, porque se cómo padre se que todos queremos lo mejor para nuestros hijos.
Las autoridades advierten de que este virus respiratorio altamente infeccioso se propaga fácilmente a quienes no están inmunizados o no han padecido sarampión anteriormente. Los lactantes, las embarazadas no vacunadas y las personas con sistemas inmunitarios debilitados corren especial riesgo.
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