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Terremoto: disminuyen posibilidades de rescatar personas con vida

Este lunes 31 de marzo, la junta birmana declaró una semana de luto nacional tras el fuerte terremoto del 28 de marzo, que dejó más de 2.000 muertos, 3.900 heridos y unos 270 desaparecidos en el país y en la vecina Tailandia. El periodo de luto durará hasta el domingo 6 de abril, según informó el ejército gobernante en un comunicado, en el que anunciaba que las banderas birmanas ondearán a media asta.



La junta también anunció que el martes se guardará un minuto de silencio en homenaje a las víctimas. El país se detendrá a las 12:51 y dos segundos, (06:21 GMT), la hora exacta en que se produjo el terremoto el pasado viernes, informó la junta en un comunicado.

Los expertos temen que miles de personas más mueran en Birmania, a pesar de la movilización de la comunidad internacional para acudir en ayuda de este país diezmado por la guerra civil, que carece de recursos para hacer frente a la magnitud de los daños.


En Tailandia, menos afectada que su vecino birmano, se han desplegado soldados y socorristas tailandeses en la ciudad birmana de Naypyidaw para entregar ayuda humanitaria, explica el corresponsal de RFI en Bangkok, Valentin Cebron. Un contingente de cincuenta y cinco tailandeses despegó de Bangkok en un avión militar con destino a Birmania. Varios vuelos de la fuerza aérea tailandesa están programados hasta el 5 de abril, fecha en la que se espera al ministro de Asuntos Exteriores tailandés en suelo birmano.

Sobre el terreno, el personal de socorro tailandés tiene previsto entregar bienes de primera necesidad, alimentos y medicinas a la población birmana. 


En Mandalay, la segunda ciudad birmana cercana al epicentro, las labores de socorro eran menos intensas a mediodía del lunes que el día anterior, ya que se esperaba que las temperaturas rondaran los 40 grados. Las condiciones tropicales están poniendo a prueba el estado físico y mental de los equipos que trabajan en torno a los lugares de la catástrofe, y acelerando la descomposición de los cuerpos atrapados entre los escombros, lo que dificulta su identificación.


Ha sido muy difícil para los equipos llegar hasta las víctimas, ya que la autopista ha quedado cortada en dos, lo que les ha obligado a utilizar rutas alternativas. En Mandalay, muchas casas, hospitales y escuelas se han derrumbado.


Los funerales de cientos de víctimas tendrán lugar este lunes, justo cuando la comunidad musulmana celebra el Eid, la fiesta que marca el final del mes de ayuno del Ramadán.

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